A menudo se considera que Texas es un estado duro con la delincuencia y sus causas. Sin embargo, el estado también es alabado como ejemplo de éxito en la reforma de justicia penal.
El Estado de la Estrella Solitaria ha sido alabado por la derecha por recortar el coste de la justicia y por la izquierda por reducir el número de personas encarceladas.
Mientras el Congreso estudia reformas de mayor alcance en el ámbito de la justicia penal, un nuevo informe del Instituto Urbano revela que los estados que participan en la Iniciativa de Reinversión en Justicia (JRI) han ahorrado más de mil millones de dólares, según informa el Washington Times.
Estados como Texas han llevado a cabo lo que se describe como «reformas inteligentes», modificando las leyes de imposición de penas y las prácticas previas al juicio, así como abordando las políticas de excarcelación.
Texas lidera la reforma penal
Las reformas reducen el crecimiento de la población penitenciaria y alivian los costes insostenibles para los estados. El dinero que se ahorra suele destinarse a programas que reducen la delincuencia y la reincidencia, como los servicios para las víctimas y el tratamiento de la salud mental.
La Iniciativa de Reinversión en Justicia está dirigida por el Departamento de Justicia y Pew Charitable Trusts.
Ayuda a los estados a coordinar las alternativas al encarcelamiento reuniendo a un grupo de trabajo formado por fiscales, jueces, defensores de las víctimas y otras partes interesadas, como abogados penalistas y académicos. Consideran los datos sobre la población penitenciaria y formulan un plan que frena su crecimiento y reduce la reincidencia.
En Texas, las autoridades invirtieron ampliamente en JRI. El artículo del Washington Times decía que esta política supuso un ahorro de 3.000 millones de dólares en una década y desvió cientos de millones de dólares a otros programas.
La política de reinversión más importante de Texas fue la introducción de los tribunales de drogas, que se tradujo en una reducción de las tasas de reincidencia y de arresto, afirma el artículo.
El año pasado, The Observer señaló los avances en Texas. Se trata de un cambio drástico con respecto a la década de 1990, cuando la gobernadora demócrata Ann Richards prometió triplicar el tamaño del sistema penitenciario del estado, alegando que las cárceles representaban el desarrollo económico rural.
Texas sigue teniendo más presos que cualquier otro estado. Sin embargo, ha reducido su tasa de encarcelamiento y ha cerrado tres prisiones.
La legislatura del estado promulgó importantes reformas para abordar y prevenir las condenas erróneas, mientras Texas se convertía en líder nacional en la reforma de la ciencia forense.
Siguen produciéndose errores judiciales y seguimos viendo cómo la pseudociencia se hace pasar por técnicas forenses.
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