Nuestro cliente y su amigo salieron una noche a beber a un bar. Cuando se marchaban, nuestro cliente intentaba evitar que su amigo se enzarzara en una pelea, por lo que no dejaba de tirar de él hacia atrás. Esto llamó la atención de los agentes y se acercaron a ellos para hablar. Nuestro cliente seguía interviniendo, lo que irritó al agente y éste decidió arrestarlo por embriaguez pública. Cuando le esposaron, nuestro cliente siguió preguntando por qué le detenían y empezó a apartarse ligeramente. Los agentes le acusaron entonces de resistirse al registro o al transporte. Después de discutir el caso con el fiscal y hacerle ver que nuestro cliente en realidad estaba tratando de desescalar la situación, el fiscal accedió a desestimar el caso.
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