Algunos grupos de presión afirman que Texas tiene un problema de larga data con los delitos de odio. Es posible que este tipo de delitos se haya disparado a raíz de las elecciones presidenciales de noviembre.
El Southern Poverty Law Center afirma que Texas tiene 84 grupos de odio activos, más que cualquier otro estado del país.
Un reciente informe del FBI sobre estadísticas de crímenes de odio reveló que San Antonio, registró el mayor número de delitos de esta clase, alimentados por prejuicios religiosos en el estado en 2015.
Las afirmaciones sobre los crímenes de odio aumentaron tras la elección de Donald Trump a la presidencia suelen ser anecdóticas, pero se han identificado algunas tendencias.
El New York Times constató un repunte de los crímenes de odio en la Gran Manzana tras la elección de Trump.
Denunció 43 delitos de odio entre el momento de las elecciones y el 5 de diciembre de 2016. Aunque muchos de los incidentes se referían a pintadas, también hubo un caso en el que un hombre amenazó a dos mujeres árabes con un pit-bull y les dijo que se fueran a casa.
Un informe en USA Today afirmaba que el aumento de los delitos de odio desde las elecciones ha sido más dramático que el pico registrado tras los atentados terroristas del 11-S.
Richard Cohen, presidente del Southern Poverty Law Center, dijo que existe un gran aumento de las amenazas, el vandalismo y la intimidación estimulada por la retórica en torno a la victoria electoral de Trump.
El SPLC registró más de 200 denuncias en poco más de una semana después de las elecciones. Hizo comparaciones con la época de Jim Crow.
Algunos de esos incidentes fueron niños afroamericanos a los que se les dijo que se pusieran en la parte de atrás de un autobús y niños latinos que recibieron burlas sobre el muro que Trump ha prometido construir entre Estados Unidos y México, afirmó el SPLC.
Queda determinar cuántos de estos incidentes acaban con la presentación de cargos. En Texas, son muy pocas las condenas por delitos de odio que se consiguen y muchas son retiradas o sustituidas por cargos menores.
Los fiscales obtuvieron condenas en sólo un puñado de casos desde que Texas promulgó una ley de delitos de odio en 2001.
Sin embargo, el ámbito de estos delitos está a punto de ampliarse en Texas con una iniciativa del gobernador Greg Abbott para convertir en delito de odio las ofensas o agresiones a los agentes de policía. La legislación se presentará a los legisladores en la nueva sesión.
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