En Texas, disparar a un agente de policía o a otro funcionario público conlleva un cargo de homicidio capital. En el otoño de 2017, un estudiante de Texas Tech fue acusado del homicidio de un policía de la universidad.
Un informe de NPR afirmó que Hollis Daniels confesó el asesinato del policía universitario en el campus de Lubbock.
La policía del campus fue enviada a la habitación de Daniels para comprobar su bienestar después de que sus compañeros llamaran a la universidad porque estaban preocupados de que tuviera pensamientos suicidas.
NPR informó que la policía universitaria encontró drogas y parafernalia en la habitación de Daniels cuando se presentaron. Daniels, una estudiante de comunicación social, fue detenida y llevada a la comisaría de policía para un «interrogatorio estándar», afirmó la universidad en un comunicado.
Una declaración jurada presentada por el detective de la policía de Lubbock, Thomas Bonds, declaró que el oficial de policía de Texas Tech, Floyd East, estaba terminando el papeleo en los ordenadores de la sala de reuniones de la policía. Daniels no había sido esposada.
NPR informó que otro oficial escuchó un fuerte golpe. Volvió a la sala de reuniones para encontrar a East con una herida de bala. Se recuperó un casquillo cerca. Se informó de que la cámara corporal de East había desaparecido, y su pistola estaba enfundada.
La Texas Tech Unniversity estuvo cerrada durante una hora hasta que la policía localizó a Daniels cerca del Coliseo Municipal de Lubbock. Fue detenido y puesto bajo custodia. La policía dijo que encontró una pistola 45 cargada y una cámara corporal de la policía cerca.
La declaración jurada alega que el estudiante expresó a los agentes que había disparado a «su amigo». El documento dice que más tarde les dijo que había hecho algo ilógico.
Daniels fue acusado de homicidio capital de un oficial de la paz. Según los informes, estaba detenido bajo una fianza de 5 millones de dólares en la cárcel del condado de Lubbock.
Los asesinatos de agentes de policía han sido noticia en Texas en los últimos años y han dado lugar a una legislación que convierte las ofensas a la policía en un delito de odio.
El catalizador de esa legislación fue el asesinato de cinco policías por un francotirador en Dallas en 2016.
En los campus universitarios de Texas se han producido una serie de incidentes violentos en los últimos meses, como un apuñalamiento en la Universidad de Texas en Austin.
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