El fiscal general Jeff Sessions ha hablado mucho sobre que Estados Unidos está inmerso en una ola de crímenes violentos.
Sin embargo, algunos expertos cuestionan su análisis. Un artículo de Salon en septiembre hacía referencia a un nuevo estudio que sugería que las afirmaciones de Sessions sobre una oleada permanente de delitos violentos eran objetivamente erróneas.
La noticia de Salon se basaba en un análisis de los datos de criminalidad de las 30 mayores ciudades de Estados Unidos que predecía que los delitos violentos caerían un 0,6%.
Aunque los delitos violentos aumentaron en 2015 y 2016 en muchos lugares, incluyendo algunas de las ciudades más grandes de Texas, las predicciones para 2017 harían que fuera la tasa de criminalidad más baja desde 1990, según el Washington Post.
El Centro Brennan para la Justicia ha realizado un análisis preliminar de los datos sobre delincuencia de las mayores ciudades de Estados Unidos.
Se esperaba que la tasa de homicidios cayera un 2,5%, a la par que la tasa de asesinatos de 2009.
Sessions siguió la narrativa expuesta por el presidente Donald Trump, quien ha advertido sobre el aumento vertiginoso de las tasas de criminalidad en ciudades como Chicago.
En su toma de posesión como máximo responsable de las fuerzas de seguridad del país en febrero, el fiscal general Jeff Sessions retomó un hilo conductor que había corrido durante toda la campaña electoral.
Sessions dijo a principios de 2017:
«Tenemos un problema de delincuencia. Me gustaría que el aumento de la delincuencia que estamos viendo hoy en Estados Unidos fuera una especie de aberración o un parpadeo. Mi mejor juicio, habiendo estado involucrado en la aplicación de la ley criminal durante muchos años, es que se trata de una tendencia peligrosa y permanente que pone en riesgo la salud y la seguridad del pueblo estadounidense.»
La retórica de Sessions a principios de año, continuó en el verano. En la 63ª Conferencia Bienal de la Orden Nacional de Policía Fraternal dijo que, después de haber disminuido durante casi dos décadas debido al «duro pero necesario trabajo que nuestro país inició en la década de 1980», la delincuencia violenta ha vuelto con fuerza.
Las cifras indican lo contrario. Los aumentos de los delitos violentos en 2015 y 2016 siguieron a un año de baja criminalidad en 2014. Los delitos violentos aumentaron a principios de 2017 en Fort Worth. Sin embargo, ciudades como Dallas, San Antonio y Austin, que experimentaron grandes aumentos de los delitos violentos en 2016, experimentaron una estabilización en 2017.
El aumento nacional de los delitos violentos en 2015 y 2016 estuvo fuertemente impulsado por dos ciudades: Chicago y Baltimore.
Estas dos ciudades representaron más de la mitad del aumento de los asesinatos en las grandes ciudades de 2014 a 2017. En Chicago se esperaba un descenso del 2,4%. En delitos violentos en 2017. Sin embargo, los grandes descensos en Nueva York, Houston y Detroit impulsaron el descenso general.
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